lunes, 3 de diciembre de 2007

domingo, 2 de diciembre de 2007

Queremos firmar la paz con Álvaro Uribe, dice 'Gabino', máximo jefe del Eln


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Nicolás Rodríguez Bautista, alias 'Gabino'.

El guerrillero, que desde hacía años no se dejaba ver, aceptó hablar y dijo esperar que el acuerdo base para arrancar una negociación quede sellado con las firmas del Presidente y la suya.

'Gabino', cuyo verdadero nombre es Nicolás Rodríguez Bautista, hace la afirmación sin ambages.

"Pero en este momento -agrega-, para entrar en el cese de hostilidades, no nos localizamos, ni nos identificamos. Así se lo hemos hecho saber al Presidente. En esos dos puntos no cedemos, en los otros temas estamos dispuestos a buscar acuerdos".

La vida de 'Gabino' corre paralela a la de 'Manuel Marulanda', 'Tirofijo', comandante general de las Farc. Hace 43 años fundaron las dos guerrillas que persisten con infinita testarudez en Colombia. Aunque, para esa época, 'Tirofijo' tenía 34 años y 'Gabino', 14.

Nunca se han encontrado, pero cada uno ha tenido el ojo puesto en las acciones del otro. Los dos estaban invitados por el presidente Hugo Chávez al Palacio de Miraflores para hablar de paz, pero acudió 'Gabino'. Solo una vez había salido del monte para participar en algún intento de negociación. Fue en el 2000, para reunirse con el ex comisionado de Paz Camilo Gómez en La Habana (Cuba).

"Hay otro ambiente en América Latina, estoy entusiasmado con la posibilidad de firmar una paz digna, por eso me arriesgué a venir", me dijo. Estábamos en una casa de seguridad facilitada por el gobierno de Venezuela. Lejos del bullicio del centro de Caracas, en una zona campestre, dentro una edificación de fachada en piedra, con un vitral inmenso como puerta, con espaciosos salones de reuniones y grandes habitaciones para alojar habitantes transitorios. Ni un toque personal, nada que delate el arraigo familiar de alguien en el sitio.

Era 20 de Noviembre, no había terminado la mediación de Chávez y se respiraba un ambiente optimista.

Hacía 18 años no nos veíamos. Desde cuando nos despedimos en un campamento del sur de Bolívar, después del segundo congreso del Eln. Quizás nos dimos cuenta, en aquella despedida, de que difícilmente nos volveríamos a ver. El evento había terminado en una agria discusión en la que encabezábamos posiciones antípodas. Pero el destino es indescifrable y estábamos de nuevo frente a frente.

Nuestras vidas han seguido rumbos muy distintos. Él ha persistido en la confrontación armada tras la ilusión de un cambio radical del Estado. Yo he dedicado estos años al difícil oficio de opinar y escribir sobre un país en guerra, animado por el vago sueño de un país en paz.

Veo que mantiene intacta la sonrisa, aunque su rostro acusa la huella de mil dolores causados y sufridos. Es un hombre menudo y está ahora más flaco que en los tiempos en que anduvimos juntos. Recuerdo entonces que a su padre le decían 'El Comején' por lo pequeño y ágil, y pienso que esta es, quizás, una condición de los más tenaces guerreros. Le digo que quiero hacerle muchas preguntas, algunas incómodas, y me responde: adelante.

'Preferimos cocinar piedras'

Entramos en el espinoso tema del narcotráfico y acude a una alegoría impecable: "preferimos cocinar piedras", para señalar que no se han metido ni se meterán en el procesamiento y tráfico de drogas. Le planteo que es una acusación cada vez más insistente del Gobierno y una sospecha reiterada en sectores de la opinión, y explica que están en muchas zonas saturadas de coca cultivadas por humildes campesinos. Allí les cobran "impuestos" a los comerciantes que entran para comprar la hoja y producir la base de coca. "No podemos cerrar los ojos ante la realidad que viven las regiones y los labriegos pobres, pero nadie puede atestiguar que han cogido siquiera a un combatiente del Eln con un gramo de Cocaína", dice.

Fue un punto bastante discutido en el congreso que tuvo esta guerrilla en julio del 2006, y por la vehemencia con que defienden su no participación en el negocio de las drogas se nota que quieren enviarle un mensaje a Estados Unidos y protegerse de la extradición.

Ya les había oído decir a otros jefes del Eln que su decisión de mantenerse a distancia de la cocaína apuntaba a conservar autoridad moral para meter este tema en la mesa de negociaciones, buscar salidas para los campesinos cocaleros y empezar a discutir estrategias para superar el narcotráfico que está en el corazón del conflicto colombiano.

Están convencidos de que el fracaso de las negociaciones con los paramilitares proviene de no haber abordado con franqueza el tráfico de drogas ilícitas. Sentí que 'Gabino' no ignoraba la gran dificultad que tendría el Eln para que le creyeran su deslinde con el narcotráfico, y para que le concedieran discutir en la mesa de conversaciones este grave problema del país, que está atada con hierro a la agenda con Estados Unidos.

En pie con las liberaciones

Aproveché la cercanía de la Navidad para decirle que un regalo imponderable para Colombia en este final de año sería la liberación de secuestrados. Que la imagen del encuentro de los liberados con sus familias atraería mayor apoyo internacional y nacional a las negociaciones.

Me di cuenta de que el Eln había pensado que la promesa de liberar a los secuestrados, hecha por 'Pablo Beltrán' en los primeros meses del año, en el marco de un acuerdo bilateral de cese de hostilidades, desataría una actitud más flexible del presidente Uribe y del Alto Comisionado frente a la verificación del cese y en los otros puntos del acuerdo.

Se sorprendieron cuando no encontraron una atención especial del Gobierno en este tema. Ahora, dice 'Gabino', mantienen la propuesta de entregar a "los retenidos", como los llaman, una vez se produzca el acuerdo. Nada de gestos unilaterales. Tiene además la esperanza de que los presos del Eln reciban también beneficios.

Se nota que el Eln recibe a diario gritos y reclamos de las organizaciones no gubernamentales, de la comunidad internacional y de los familiares por estas acciones dolorosas. Empieza a percibir que arrastra un lastre enorme y por eso 'Gabino' hace un esfuerzo para explicar la ligazón entre la libertad de los secuestrados y el acuerdo base.

No logro comprender. Como tampoco pude entender por qué el Gobierno no le cogió la caña a 'Pablo Beltrán' a principios del año y desplegó toda su imaginación para agilizar el tal acuerdo base.

No imaginaba que la idea de reforma política suscitara tanta preocupación en el jefe del Eln. A lo largo de la conversación se refirió a la necesidad de reformas para fortalecer la democracia local, para atacar el clientelismo, para modificar el obsoleto régimen electoral, para impulsar la pedagogía política, para lograr una mayor participación de la "masa", para forjar un régimen incluyente.

Ve allí la posibilidad de un verdadero ascenso de las fuerzas de izquierda. Aspira a que la Convención Nacional de la que habla el borrador de acuerdo base que han discutido con el Gobierno, se convierta en el escenario para discutir los aspectos de la reforma política. Quiere hacerle seguimiento a las discusiones que se hacen en el país en torno al tema y debatir con expertos puntos concretos de las reformas.

Entusiasmo por nuevos alcaldes

Atrás parece haber quedado la tradicional posición abstencionista de esta guerrilla. 'Gabino' habla con especial entusiasmo de los gobernantes locales independientes o de izquierda elegidos en la pasada campaña. Tanto él como 'Antonio García' ven un arco de fuerzas comprometidas con el cambio, mucho más amplio que el aceptado por el Polo Democrático Alternativo, lo cual no deja de ser irónico.

En ese campo incluyen a los alcaldes de Bogotá, Medellín y Cali, también los de Bucaramanga, Cartagena, Cúcuta, Valledupar y Florencia, y citan más. Varios gobernadores, entre ellos los de Nariño, Santander y Atlántico.

"Antes era impensable que en grandes ciudades y departamentos ganaran las fuerzas de izquierda o con pensamientos críticos. Esto es nuevo", dice 'Gabino' y enlaza esto con lo que está ocurriendo en otros países del continente.

Aun así no se le ve un especial afán por dar el salto a la vida política, por dejar muy pronto las armas y vincularse activamente a este conjunto de fuerzas que consideran de avanzada. Ahí se palpa el peso que tiene la inercia infame de una larga confrontación.

Piensa en un proceso lento en el que hay primero un cese del fuego y hostilidades experimental, en medio del cual se generan condiciones para pasar a la fase de negociación de un acuerdo final.

El calificativo para el presidente Uribe es duro y trillado: "Es el más genuino representante de la oligarquía retardataria". Pero le suena interesante que él, Nicolás Rodríguez Bautista, y el presidente Álvaro Uribe pudieran pronto firmar el acuerdo base que dé paso al cese de fuegos y a la liberación de los secuestrados. "Eso le daría mucha respetabilidad al acuerdo", dice.

Piensa que ha llegado la hora de las definiciones, que no se puede hablar y hablar sin llegar a acuerdos concretos. Contrario a lo que han sido las discusiones en estos dos años en la mesa de exploración, habla de hacer un texto donde estén las líneas gruesas, una especie de matriz donde se delinee el rumbo hacia la paz, no dispersarse en minucias.

Ese es el objetivo de la reunión que se pactó entre el comisionado Luis Carlos Restrepo y 'Antonio García' para entre el 15 y el 20 de Diciembre, que debía realizarse en Caracas y ahora es incierta.

'Gabino' no considera válido el argumento de que no es posible verificar un acuerdo del cese de hostilidades sin la localización y la identificación de la guerrilla. "La Fuerza Pública sabe con exactitud la ubicación del Eln, todas las zonas están militarizadas y en conflicto permanente, no hay mayores secretos. La fuerza y las actividades se pueden reportar ante comisiones de verificación. Todos los compromisos se pueden verificar si hay voluntad y el Eln la tiene. El que pretenda hacer trampa será fácilmente descubierto. En esto deben jugar un papel importante los países que han acompañado el proceso. Es la oportunidad para darle un lugar preponderante a la comunidad internacional", afirma.

Cuentos que el país no sabe

No es cierto que los restos de Camilo Torres hayan sido entregados a la familia y el 'Cura Pérez' no murió en Cuba, sino en un campamento del Eln. La conversación deriva en repetidas oportunidades hacia historias escondidas y relatos personales en esa larga y trágica trayectoria de confrontaciones y búsquedas.

'Gabino' me cuenta que se molestó mucho cuando el general Álvaro Valencia Tovar soltó la historia de que había entregado los restos de Camilo Torres a su hermano. No cree para nada en la versión. Ha tenido algún contacto con familiares y nunca aceptaron este hecho. "Lo tienen los militares - dice-, y tendrá que ser parte de las aclaraciones en el proceso de verdad, justicia y reparación".

Es evidente que 'Gabino' quiere hacer valer su condición de sobreviviente de aquel mítico combate en el que murió Camilo, y no puede ocultar que la sola mención revive trágicos recuerdos y despierta sensibilidades insospechadas en un hombre acerado por la violencia.

Tampoco ahorra tristeza cuando menciona al padre Pérez. Su salud se deterioró de una manera inesperada, había estado en Cuba, donde le diagnosticaron hepatitis C, pero a su regreso a las montañas del país estaba aún entero y especialmente activo. Dejó de verlo unos días y lo encontró con el doloroso rictus de la muerte pintado en el rostro.

Por segunda vez le tocaba asumir el mando de una guerrilla en dificultades. Había pasado mucho tiempo desde cuando reemplazó a Fabio Vásquez, que se había fugado a Cuba en medio de la debacle que significó la derrota de Anorí, en 1973. En aquellos años sostuvo la caña hasta que el ascenso de las guerrillas, a mediados de los 80, volvió a poner en primer plano al Eln. Ahora le correspondió una tarea amable, pero a la vez difícil: encontrar una salida política para una organización que ha perdido el ímpetu de la guerra, pero no encuentra aún un camino cierto hacia la paz.

La consagración para esta segunda misión le llegó por un extraño acto de nostalgia de Fabio Vásquez. Se encontraron en un café de La Habana, y el otrora primer mando, ya viejo y achacoso, se puso firme y desplegó una ceremonia que quizás hizo reír a los contertulios, pero conmovió, sin duda, a 'Gabino'.

Para rematar las nostalgias, a este le dio por evocar los tres años en que día tras día asistió a la escuela primaria en compañía de 'Martín Caballero', el jefe guerrillero de las Farc abatido por el ejército en los Montes de María. Los padres de ambos habían vivido los avatares de la violencia que azotó a zonas de San Vicente de Chucurí y El Carmen en el Santander de los años cincuenta. El destino cruzado de estos dos hijos de la misma vereda santandereana seguramente dice algo del arraigo profundo de nuestro conflicto.

"Nunca en Venezuela se había votado tanto", dijo Chávez al votar en referendo de su país


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El mandatario dijo que con esta elección, en la que se decide la posibilidad de que sea reelegido indefinidamente, gana la democracia venezolana.

Chávez, quien llegó cuatro horas más tarde de lo planeado al liceo Manuel Palacio Fajardo de Caracas, lugar en donde tenía previsto votar, invitó a los venezolanos a participar en los escrutinios.

La jornada electoral comenzó en Venezuela a las 6:00 a.m., (5:00 a.m. hora colombiana) y se extenderá hasta las 4:00 p.m. (3:00 p.m. de Colombia). Las personas que estén en la fila podrán votar después de esa hora.

Desde las cuatro de la madrugada, camionetas con altoparlantes del comando que apoya el Sí recorrieron las calles de Caracas y otras ciudades sonando una diana militar para despertar a los votantes.

El Consejo Nacional Electoral anunció que emitirá el primer boletín de resultados unas tres horas después de que se cierren los centros de votación y advirtió a los medios de comunicación que hasta ese momento no podrán dar proyecciones ni encuestas a boca de urna.

El presidente Chávez recordó el sábado la prohibición de difundir proyecciones de resultados incluso para la prensa extranjera.

"No quisiéramos tener que expulsar a ninguno de ustedes", dijo en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.

Polarización se percibe en Venezuela

La votación del referendo se da en medio de una manifiesta polarización de la sociedad, como se ha demostrado en las multitudinarias marchas por el 'sí' y el 'no' del jueves y viernes en los cierres de campañas.

El temor de muchos es que se le den tantos poderes al mandatario que la reforma termine allanando el camino para un gobierno totalitario.

"Aquí no se sabe qué va a pasar, esto está muy complicado. Cualquiera puede ganar", dijo Quintín Jiménez, el conductor de la camioneta que desde el aeropuerto nos llevó al centro de Caracas, al referirse al referendo que enfrenta hoy el presidente Hugo Chávez.

Y esa es la misma percepción que se capta en algunos sectores de la comunidad y de la prensa en Caracas.

En el recorrido entre Maiquetía y Caracas empieza a notarse que, por lo menos publicitariamente, los que están a favor del 'sí', es decir, los que respaldan al presidente Hugo Chávez, son más, o por lo menos tienen más recursos. Casi en cada uno de los postes del alumbrado hay anuncios del "Sí con Chávez".

En la capital hay enormes vallas que respaldan la iniciativa presidencial, especialmente en los sectores del Oeste, en los barrios de estratos bajos. En el Este, la cosa es diferente. El apoyo al 'no' es mayoritario y en la publicidad se nota.

En la calle la percepción es que abundan las camisetas rojas que identifican a los chavistas. Se ven por todas partes. La misma gente reconoce que en los barrios las regalan. Eso, sin contar algunas que tienen bordado Pdvsa, la estatal petrolera venezolana.

El asunto es que Venezuela llega a la votación del referendo totalmente polarizada. Cada una de las partes se arroga el derecho de reclamar el triunfo, pero luego expresan su incertidumbre sobre el resultado final.

Pero a pesar de esta polarización, no hay la intranquilidad de pasadas elecciones, en las que la gente vació los supermercados por temor a que ocurriera algo. "Chico, las ventas son las normales, la gente está tranquila", dijo A EL TIEMPO Maritza Guedez, quien atiende en un supermercado del centro.

Cuatro juegos de béisbol

Es más, en la noche del viernes, en los cuatro partidos de la liga profesional de béisbol que se jugaron, los estadios estuvieron llenos, mientras que Chávez, tras terminar su discurso de más de dos horas, salió a un acto al teatro Teresa Carreño y luego, pasada la medianoche, todavía estaba hablando en un programa de televisión, que se transmite por varios canales.

Si bien el pasado viernes con su cierre de campaña, Chávez llenó todo el sector de la Avenida Bolívar, no todos los que estuvieron eran de Caracas. A muchas las trajeron de otras partes del país y muchas fueron por un interés particular.

Una joven le contó a EL TIEMPO que solo desde Maracaibo ella supo del envío de 50 buses. Reconoció que les pagaron todo para acudir a la cita en la capital venezolana.

El punto es que, aunque no es ilegal, el Gobierno puso al servicio de su causa todo el poder del Estado. Los carros oficiales han "colaborado" con las movilizaciones y los empleados estatales han tenido permisos para cerrar sus despachos cuando hay manifestaciones del 'sí'. Incluso, el viernes, la estación del metro de La Hoyada, permitía el acceso gratuito de los pasajeros.

Pero la incertidumbre también está en los resultados. Damián Rodríguez, secretario general de la Junta Patriótica del Bloque del 'sí', expresó su temor de que haya "alteraciones individuales" y que algunos no acepten los resultados.

Por su parte, la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, le dijo a EL TIEMPO que la oposición tenía un plan B para tan pronto se conozcan los resultados y no descartó que se tratara, incluso, de ejecutar un magnicidio.

Ella se atrevió a pronosticar que a favor del 'sí' votarán unos 6 millones de personas y 4 millones por el 'no'.

80 veedores internacionales

Sobre el temor de algunos opositores a Chávez en el sentido de que se pueda presentar fraude en los comicios, Vicente Díaz, uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral, dijo que hay garantías de que eso no va a ocurrir y anunció que habrá 80 veedores internacionales y más de 60 mil testigos electorales.

Mientras se realizan las elecciones y se conocen los resultados, la preocupación de algunos caraqueños está en otras cosas. José López, quien trabaja en una empresa de transporte, dijo que estos comicios se dan en mal momento, porque acabaron de pagar y hay ley seca.

Y hay otros para quienes esta situación pasa inadvertida, como es el caso de los patinadores colombianos Juanita Estrada (11 años) y Roberto Quiroz (12 años), quienes llegaron a Caracas para participar en el Suramericano de patinaje artístico. "El entrenador nos habló sobre algo que iba a pasar aquí, pero no sé nada. Yo viene fue a patinar", dijo Juanita.